Cómo elegir a nuestro cachorro más adecuado | Adetcan
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Cómo elegir a nuestro cachorro más adecuado

Cómo elegir a nuestro cachorro más adecuado

Cada vez son más las personas, familias y parejas  que deciden adquirir un cachorro, ya sea comprado o adoptado. En ambos casos, deben tenerse en cuenta una serie de aspectos fundamentales con el fin de que cada persona o familia escoja al cachorro que más se adecue a su estilo y forma de vida, ya que de lo contrario los problemas no tardarán en aparecer.

En este artículo analizaremos algunos aspectos que deberían tenerse siempre en cuenta, no solo cuando decidimos adquirir un cachorro, sino también un perro adulto o cualquier otra mascota.

1.- Elección de la raza:

Una de las primeras cosas que debemos plantearnos es la raza que queremos escoger. Actualmente existen infinidad de razas con tamaño, temperamento y cualidades distintas. Así mismo, además de los animales «puros», podemos decantarnos por los mestizos o cruces.

En cualquier caso, antes de adoptar o comprar, los nuevos propietarios deberían informarse sobre la raza que desean o que les gusta (lo mismo en caso de animales mestizos, siempre que sea posible). Cada raza tiene unas características físicas y temperamentales determinadas. En este punto, hay que decir que no todos los animales de una raza son iguales. Las características que definen una raza son siempre orientativas y se refieren a la media de perros de dicha raza. Pero como todo, esto no es o blanco o negro. No obstante, es de sentido común que las diferencias físicas y de carácter entre un Yorkshire, un Mastín y un Podenco son bien marcadas. Y no solo por el tamaño; mientras que el Yorkshire pertenece al grupo de perros de compañía y de los terriers, el Mastín se ha criado tradicionalmente para la guarda y defensa del ganado, y el Podenco para la caza. Esta crianza selectiva ha definido unas cualidades y características concretas en cada una de las razas.

Por tanto, no se debería escoger al cachorro basándose en gustos, modas,… sino en las características que definen la raza a la que pertenece, y en si se adecuan a nuestro estilo de vida.

2.- ¿Macho o hembra?

Otro aspecto importante a tener en cuenta es el sexo del nuevo compañero de cuatro patas. Hay gente que por una razón u otra prefiere un animal de un determinado sexo porque sí, pero es importante conocer las diferencias determinadas por el sexo, ya que machos y hembras presentarán algunas distinciones en cuanto a tamaño y peso, carácter, cuidados veterinarios,…

  • Por lo general, los machos presentan mayor tamaño y peso, lo que debe tenerse en cuenta no solo en base al hogar en que va a vivir, sino también por la facilidad de manejo que presentará para la familia. A nadie se le ocurre regalar un Dogo Argentino a una señora de 60 años, ¿verdad? El tamaño y el peso que alcanzará el cachorro es fundamental por una cuestión de «logística».
  • En cuanto al carácter, de forma genérica los machos son más territoriales que las hembras, especialmente con otros perros. De nuevo, recordar que esto no es blanco o negro, hablamos siempre de rasgos genéricos. Los machos tienden al vagabundeo (roaming en inglés) y al escapismo, especialmente si no están castrados y hay hembras en celo en las proximidades.
  • Por último, las diferencias fisiológicas entre ambos sexos son extremadamente notables e importantes. Las hembras presentas celos regulares (entre 1 y 3 al año, si bien la media habitual es de 2 celos/año), durante los cuales los cambios hormonaes y fisiológicos conllevan cambios comportamentales, necesidades especiales (como necesidades alimentarias y energéticas,…). Lo mismo ocurre durante la gestación, si la perra quedara preñada, y tras dar a luz a los cachorros.

3.- Edad:

La edad a la que introducimos el cachorro en casa es quizá uno de los aspectos más importantes que debemos conocer y tener en cuenta. Por regla general, la mejor edad para introducir un cachorro es a partir de los 2 meses (7-8 semanas). La razón se debe a que a esta edad su «disco duro» ya está preparado para enfrentarse al mundo y a los cambios que supondrá su nueva vida.

Hasta las 7 semanas, el cachorro debe permanecer con su madre y hermanos, de quienes aprenderá el lenguaje corporal canino y las normas de convivencia con sus congéneres, es decir, la socialización canina. Es especialmente importante no separar al cachorro de la madre demasiado pronto, ya que en este momento la necesita para todo, y cualquier situación o experiencia traumática podría dejar una huella imborrable en el animal. Todo ello es fundamental para evitar futuros problemas que pueda mostrar nuestro perro con otros congéneres debido a una socialización tardía, insuficiente o inadecuada.

La edad óptima para adoptar a nuestro cachorro son las 7-8 semanas

4.- Nuestro estilo de vida

Hemos hablado de los requisitos a tener en cuenta referidos al animal; pero no debemos olvidarnos de aquellos que hacen referencia a nosotros, como futuros  RESPONSABLES de nuestro nuevo compañero.

Debemos tener en cuenta nuestro estilo de vida (sedentario, activo) y el tiempo real que tendremos para dedicar a  nuestro nuevo compañero.  Es muy frecuente incorporar un perro a nuestras vidas pero luego no disponer del tiempo que necesita (paseos, juego, atenciones,…). Si no estás seguro de poder dedicar unas horas al día a tu perro, quizá es mejor replantearse la decisión y dejarla para más adelante.

Nuestro estilo de vida también influirá en el perfil del cachorro que queremos adoptar. Por ejemplo, si eres una persona sedentaria adoptar un perro pastor o un terrier no será lo más apropiado. Al contrario, si te gusta dar largos paseos, hacer deporte o caminar por la montaña, determinadas razas cuyo físico no está preparado para ello no serán la mejor opción.

5.- Aspectos económicos:

Aunque no nos guste hablar de dinero, es un aspecto crítico en la decisión. La llegada de cualquier mascota siempre supone unos gastos económicos que deben ser tenidos en cuenta: alimentación, accesorios, juguetes, gastos veterinarios,…. son solo algunos de los gastos que conllevan. De nosotros depende gastarnos más o menos dinero, eligiendo un pienso de gama más alta o más baja, de marcas reconocidas o de «marcas blancas», etc. Pero lo que es indudable es que el perro tiene que comer, y la comida ya supone un gasto (recordad que la alimentación del perro durante toda su vida es esencial, debemos tener en cuenta las distintas etapas de desarrollo, la raza, la edad,… por lo que siempre aconsejamos no escatimar en lo que se refiere a la salud y alimentación del perro….lo que hoy sale barato mañana puede salirnos caro).

Los gastos veterinarios también son importantes; si hemos decidido tener un animal, debemos tenerlo siempre en las mejores condiciones sanitarias, pues somos directamente responsables de él y de su bienestar. En el caso de los cachorros, los primeros gastos veterinarios serán:

  • El programa de vacunación y revacunación de las principales enfermedades.
  • La desparasitación (tanto externa como interna).
  • La implantación del microchip, que va unida a la vacunación frente a la rabia y a la extensión del pasaporte

Además, debemos desparasitar a nuestro perro periódicamente y revacunarlo anualmente; estos son los gastos mínimos en el veterinario cada año.  Pero debemos estar siempre preparados para afrontar cualquier problema físico que pudiera surgir y requerir la visita a un veterinario para poder solucionarlo.

Por tanto, tener en cuenta nuestra situación económica a la hora de introducir al perro será fundamental, para saber si podemos hacer frente a los gastos que ello supone.

6.- ¿Por qué hemos decidido adquirir un perro?

Aunque la hemos puesto casi al final del artículo, esta es la primera pregunta que todos deberíamos hacernos cuando pensamos en adquirir una mascota. No puede ser  nunca un regalo o un capricho, ya que la emoción inicial suele ser temporal y transitoria. No debemos adquirir un animal por un impulso repentino o porque nuestros hijos o nuestra pareja deseen tenerlo. Un perro es para toda la vida, no solo para un corto periodo de tiempo, mientras nos dura la emoción de su llegada. Hay que tomar la decisión con plena RESPONSABILIDAD y SEGURIDAD. Si en casa somos varias personas, debe haber un consenso o al menos un compromiso de que, quien quiere el perro, se va a responsabilizar de él siempre.

7.- Adquirir información y conocimientos:

Como último consejo, todas las familias que deciden adquirir una mascota, deberían informarse previamente acerca del comportamiento y las necesidades de dicha mascota. Llevamos siglos conviviendo con nuestros perros, pero hemos llegado a un punto en que no somos capaces de entenderlos. Este desconocimiento, un mal manejo y nuestra ajetreada vida son el origen de muchos problemas de conducta que manifiestan nuestras mascotas.

Es muy importante documentarse sobre comportamiento y cuidados del perro antes de adoptar al cachorro. Consultar con un especialista en comportamiento será una gran idea

Hoy día existe muchísima información sobre estos temas: libros, webs, artículos, redes sociales, etc. No se trata de ser unos expertos en comportamiento ni en salud caninos, pero sí de tener unas nociones y conocimientos básicos para poder entender mejor al perro, poder educarlo correctamente y, en definitiva, prevenir problemas de conducta que deterioren la relación con nuestro amigo. Además de la información bibliográfica, se puede recurrir a un profesional para que nos oriente acerca de cómo mantener y educar correctamente a nuestro nuevo compañero perro.

No hay nada más gratificante que decidir ampliar nuestra familia con un compañero canino, pero esa decisión es más gratificante si nos tomamos un tiempo para pensar bien todos los requisitos necesarios y la realizamos de forma responsable.

Con ello no solo estaremos adquiriendo un perro, sino que estaremos escogiendo a un compañero de por vida, el que más se adecua a nuestra situación personal, económica y familiar. Así, lograremos establecer un vínculo con nuestro mejor amigo que nos permitirá disfrutar mucho más de él y prevenir cualquier problema.