15 Mar Ansiedad por separación: cómo entenderla
La ansiedad por separación (APS) es el segundo problema de comportamiento más frecuente en los perros. Es de gran importancia, no solo por su alta incidencia, sino porque supone una falta de bienestar tanto para el perro como para su familia. Además, puede ser causa de pérdidas económicas por destrozos, de problemas con el vecindario por los aullidos continuos, etc. Por esto, y porque su tratamiento requiere tiempo, paciencia y trabajo por parte del propietario, es un motivo más habitual de abandono de lo que parece.
En este artículo vamos a conocer la APS con mayor profundidad para entenderla y poder afrontar este problema de forma segura, eficaz y con la mayor información previa posible.
Podemos definir la ansiedad por separación como un estado emocional negativo que se genera cuando nuestro perro no tiene acceso directo a nosotros, manifestando un cuadro de ansiedad. Por ello, no solo se observan síntomas cuando lo dejamos solo en casa. Algunos perros pueden mostrar ansiedad cuando estamos en casa pero no pueden tener acceso a nosotros (por ejemplo, por estar en una habitación a parte, en el baño, etc.).
Las causas de la ansiedad por separación son fundamentalmente dos: el hiperapego y el miedo.
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- En cuanto al hiperapego, se trata de un vínculo entre el perro y la familia que se sustenta en una relación de dependencia. A menudo el hiperapego es bidireccional, es decir, del perro hacia la familia, y viceversa (ya que a veces reforzamos las conductas de demanda de atención y en muchas ocasiones incluso somos nosotros quienes buscamos constantemente la atención del perro ). El hiperapego es muy común en cachorros recién adoptados (hiperapego primario) y en perros de protectoras debido a las carencias afectivas que han sufrido (hiperapego secundario). Este último también es frecuente después de unas vacaciones, una baja laboral, periodos largos de desempleo,… ya que el perro pasa de estar todo el día con su familia a estar muchas horas solo, de forma brusca.
- El miedo se produce cuando el animal, estando solo en casa, sufre una experiencia negativa (como un ruido intenso y repentino, un robo,…), lo que hace que no quiera quedarse de nuevo sin su propietario. El tratamiento en estos casos es algo más complicado ya que muchas veces no se puede identificar la causa que originó el miedo.
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Los signos clínicos de la APS son muy variados, aunque destacan fundamentalmente 3:
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- Destrozos en casa
- Vocalizaciones (ladridos, aullidos)
- Eliminación inadecuada (pipis y/o cacas)
- Nerviosismo, deambulación, hipervigilancia.
- No comer ni beber en ausencia de la familia.
- Hipersalivación (charcos de saliva en suelo, sofás, camas,…)
- Aumento de la frecuencia cardíaca y respiratoria (jadeos)
- Agresividad (menos habitual)
- Autolesiones
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Esto no significa que si el perro presenta alguna de estas conductas en ausencia de su familia tenga APS ya que, como cada una de ellas puede deberse a otros motivos. Además, no es necesario (ni habitual) que el perro muestre todos estos síntomas. Lo más habitual es que presente uno o varios.
Además de los síntomas, es importante valorar también cuándo se producen y de qué forma, lo que ayudará a establecer un buen diagnóstico.
Por todo ello es esencial la ayuda de un profesional, para que nos ayude a descartar otras causas posibles de estos signos clínicos y así determinar si realmente es un problema de ansiedad
Es evidente, por tanto, que la ansiedad por separación es un problema importante ya que afecta al bienestar de nuestros perros y al nuestro, debido a las consecuencias que todo ello tiene. Por tanto, debemos comprender bien en qué consiste y cuáles son los síntomas con que se manifiesta. Si identificamos algunos o pensamos que nuestro perro pueda estar sufriendo ansiedad por separación, es recomendable buscar la ayuda de un especialista en comportamiento animal.