Estrés en gatos: su gran enemigo | Adetcan
488
post-template-default,single,single-post,postid-488,single-format-standard,ajax_fade,page_not_loaded,,qode_grid_1300,footer_responsive_adv,qode-theme-ver-16.7,qode-theme-bridge,wpb-js-composer js-comp-ver-6.0.5,vc_responsive
 

Estrés en gatos: su gran enemigo

Estrés en gatos: su gran enemigo

 

Como muchos sabéis, los gatos son animales especialmente sensibles al estrés. Antes de meternos de lleno en este tema, es necesario aclarar algo muy importante: el estrés en sí no es malo, sino que es una respuesta del organismo para hacer frente a una situación nueva para el animal; por lo tanto, a determinados niveles resulta beneficioso y absolutamente necesario para su supervivencia. El estrés en gatos, no obstante, puede tener consecuencias muy negativas cuando es excesivo.

El problema surge cuando el nivel de estrés es excesivamente alto, o bien se mantiene durante mucho tiempo. En estos casos, el organismo sufre una serie de cambios que llevan a una especie de agotamiento general, y esto es lo que hace que el animal enferme e incluso pueda llegar a morir.

Sin embargo, antes de llegar a este punto, el estrés puede ser el responsable de numerosos trastornos del comportamiento: agresividad, conductas repetitivas, falta de apetito, ansiedad por separación,…

Como comentábamos antes, los gatos son especialmente sensibles al estrés, ya que cualquier mínimo cambio en su entorno puede producir niveles elevados de estrés, que tengan consecuencias negativas tanto en la salud como en el comportamiento de nuestro felino. Desde un cambio de dieta, a la llegada de una nueva persona u otra mascota al hogar. Por eso, es importante prevenirlo en la medida que nos sea posible, y en este artículo os daremos algunas claves importantes para conseguirlo:

  • Garantizar una buena socialización del gatito. Especialmente cuando tienen entre 7 y 9 semanas, debemos habituar al gatito a todo tipo de estímulos: personas, otros gatos, perros, ruidos,… Eso sí, hay que hacerlo poco a poco y de forma controlada.
  • Evitar cambios drásticos y repentinos en el ambiente. Muchos gatos no llevan bien los cambios en su entorno; por eso, debemos minimizarlos en la medida de lo posible, y si es necesario aplicar cambios (de domicilio, nuevos miembros en la familia, nuevas mascotas,…) deberemos habituarlo poco a poco para que no sean tan repentinos. Por tanto, minimizar los cambios y habituar a nuestra mascota nos ayudará a reducir el estrés en gatos.
  • Tener un buen manejo. Debemos ser respetuosos con nuestros mininos, nunca forzarles a interaccionar con nosotros u otras personas si no quieren o se sienten a gusto. Es muy importante, además, conocer el lenguaje corporal de los gatos ya que de esa forma podremos darnos cuenta de cómo se siente el gato.
  • Proporcionar un buen enriquecimiento ambiental. Esto quiere decir que debemos proporcionar un buen entorno a nuestro gato, y una buena relación con él. Lo primero se consigue proporcionando aquello que necesita: rascadores, bandeja de arena, lugares donde esconderse, zonas elevadas del suelo. Lo segundo, mediante interacciones respetuosas con el animal, y proporcionando cada día momento de juego (como lanzarles pelotas, juguetes interactivos, cuerdas, …).
  • Garantizar disponibilidad de recursos suficientes a nuestro gato. El estrés en gatos está muy relacionado con la disponibilidad de sus recursos. Los recursos más importantes para el gato son la comida y la bebida (siempre disponible, en cantidad adecuada y buena calidad), rascadores para sus uñas, bandejas donde puedan hacer sus necesidades y taparlas, así como lugares donde esconderse, preferiblemente en zonas altas, de penumbra y donde haya poco ruido.

Es esencial tener un manejo amable con nuestros gatos y no forzarles a hacer algo que no quieren o no les gusta

Las consecuencias más importantes del estrés en gatos, especialmente el crónico (el que se produce durante mucho tiempo seguido) son:

  • Problemas de salud: en gatos, son particularmente importantes los problemas renales, como infecciones urinarias o cistitis. También el estrés está muy relacionado con las alteraciones del pelo y de la piel.
  • Pérdida de apetito, lo que puede poner en riesgo la vida de nuestra mascota, especialmente si el gato es obeso y deja de comer unos pocos días.
  • Trastornos de la conducta: desde diferentes formas de agresividad hasta trastornos compulsivos (arrancarse el pelo, automutilarse,…).

Como vemos, todas estas consecuencias son peligrosas para la vida y el bienestar de nuestros felinos, y podrían serlo también para los propietarios o mascotas que conviven con el gato estresado en casa. Por eso, como propietarios debemos asegurar una buena calidad de vida a nuestra mascota, y parte de ello consiste en reducir tanto como podamos el estrés.

Tags:
,